
En la mitología griega existe un ave que tenía el tamaño de un águila, cuyo plumaje era de los colores rojo, anaranjado y amarillo incandescente, con fuerte pico y portentosas garras. Era sin duda un ave poderosa, conocida como el Ave Fénix, la cual se consumía en el fuego cada 500 años y luego resurgía de sus cenizas con toda su gloria y esplendor. Este mito tiene muchas formas de ser contado, pero todas coinciden en el mismo punto: es una historia de supervivencia, la creencia en el “más allá”, la gloria después de haber transitado la muerte, es el resurgir de la esperanza. Geográficamente el mito comprendía toda la Zona del Medio Oriente y la India, llegando hasta Egipto, en el norte de África. Hoy podríamos decir que ha alcanzado las Américas.
En Venezuela, tras un proceso de deterioro en el rol de los partidos políticos, la agravada ineficacia del Estado para resolver los problemas de los venezolanos y la escasa participación ciudadana en la vida política del país, se abrió camino a un desmejoramiento democrático que tuvo incidencia en la calidad de vida de los venezolanos, lo que trajo como consecuencia que “muriera” un modelo democrático propuesto y que con ello también lo hiciesen quienes lo impulsaban, para dar paso al surgimiento de otro modo de vida y otros protagonistas.
Tras doce años de la puesta en marcha de ese supuesto nuevo modelo de democracia, llamado Socialismo del Siglo XXI, que no es más que un remozado comunismo cubano con tintes hegemónicos y autoritarios, tras doce años del deterioro paulatino de la calidad de vida de los venezolanos, de un aumento indiscriminado de la violencia y de la inseguridad, de un irrespeto a mansalva de los derechos humanos y en especial de las libertades ciudadanas, comienza a surgir de las cenizas, como la gloriosa Ave Fénix: la esperanza para Venezuela, el sol empieza a resplandecer y los venezolanos tienen esperanza. Los partidos políticos comienzan a batir sus alas, los ciudadanos aspiran a un Estado eficaz y eficiente y la participación ciudadana está a pedir de boca: el Ave Fénix ha vuelto.
El lema ya anticuado y con olor a alcanfor: “no volverán” ya comienza a ser historia, parte de un pasado gris en el que reinaba la exclusión, ya quedó en el foso de un país en el que la decepción y el engaño ya no se tolera más y ha llegado la hora de buscar a gente capaz que nos saque de este hueco en el que nos estamos hundiendo tras doce años de mal gobierno, o doce años de desgobierno.
“No volverán” quedó atrás, acá estamos alzados de nuevo: con 65 diputados en la Asamblea Nacional, 5 en el Parlamento Latinoamericano, 7 Gobernaciones, y casi cien alcaldías; amén de Juntas Parroquiales y Consejos Legislativos Regionales y Municipales. Adicionalmente, en el último proceso electoral nacional, los factores democráticos obtuvieron 52% de los votos nacionales, mientras que el chavismo obtuvo el 48%, es decir que, la alternativa democrática tuvo 5.864.437 votos versus 5.413.326 votos del chavismo, somos indiscutiblemente mayoría, de eso no cabe duda, no cabe si quiera la menor duda para el chavismo, aunque les duela… y vaya dolor…
¿Qué no somos mayoría parlamentaria a pesar de que tenemos más votos? Es algo que tendrán que explicar ellos, no nosotros, ellos son los que emiten las reglas del juego, fraudulentas y que sólo les beneficia a quienes las crean, pero que no favorecen al pueblo, ese pueblo que no es tonto y ya quiere cambios, quiere que le renueven su esperanza: el Ave Fénix está saliendo de su nido, comienza a sacudir su plumaje colorido, al que se le suma el azul radiante de nuestra bandera y sus estrellas, pronto empezará a volar rumbo al 2012, estamos cerca.
¿No volverán? No, ¿pa´ qué? si ya volvimos, y acá estamos y aquí seguimos… pero la mejor parte es que el Ave Fénix surcará los aires de nuevo, trayendo la esperanza a Venezuela, el pueblo lo sabe, lo sabemos nosotros, lo sabe el gobierno, lo sabe el chavismo que desesperado inventa leyes, quita cosas, ofrece mentiras y continuamente amenaza. Pero la fuerza popular expresada en el voto será nuestra mayor conquista. La oscuridad no es eterna, el sol está por salir y el Ave Fénix: nosotros, ha vuelto.
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